La capacidad reguladora, también conocida como capacidad buffer o capacidad tampón, se refiere a la capacidad de una solución para resistir cambios significativos en su pH cuando se le añaden ácidos o bases. En química, el pH es una medida de la acidez o alcalinidad de una solución, y las soluciones con capacidad reguladora son aquellas que pueden mantener su pH relativamente constante incluso cuando se les agregan pequeñas cantidades de ácidos o bases.
La capacidad reguladora de una solución se basa en la presencia de especies químicas que pueden actuar como ácidos o bases débiles, y que pueden aceptar o donar iones hidrógeno (H+) para mantener el equilibrio. Estas especies se componen típicamente de un par conjugado de un ácido débil y su base conjugada.
Cuando se añade un ácido a una solución reguladora, las especies básicas presentes en la solución reaccionan con los iones hidrógeno del ácido, minimizando el aumento en la concentración de iones hidrógeno y, por lo tanto, el cambio en el pH. Del mismo modo, cuando se añade una base a una solución reguladora, las especies ácidas presentes en la solución reaccionan con los iones hidróxido de la base, evitando una disminución significativa en la concentración de iones hidrógeno y, nuevamente, manteniendo el pH estable.
La capacidad reguladora es esencial en muchos sistemas biológicos, como la sangre humana, que tiene una capacidad tamponadora para mantener su pH dentro de un rango estrecho. También es importante en aplicaciones químicas y analíticas, donde es necesario mantener condiciones constantes de pH para reacciones específicas o para la estabilidad de productos químicos.